Laura empezó a bailar en 2001 en San Antonio. No era una escena muy grande y sus profesores no habían estado bailando mucho tiempo, pero al instante se enamoró del Lindy Hop, la música, la historia y todo lo relacionado.
Cuando no estamos en pandemia, Laura viaja por el mundo enseñando, compitiendo, actuando y aprendiendo. Es una apasionada creyente en bailar con swing, con ritmo y en impulsar algo nuevo mientras mantiene una conexión con el contexto vintage original del Lindy Hop. Ella siente que honrar la historia de la danza y sus inventores es una parte crucial de la práctica de la danza. Está locamente enamorada de la música y el movimiento jazz y se esfuerza por transmitir ese amor a sus alumnos. También cree firmemente que lo mejor que se puede hacer para ser bueno en el baile es BAILAR. Las clases son increíbles y útiles, pero son simplemente un complemento para salir a la pista de baile social y simplemente hacerlo. Laura cree que la escena local es la columna vertebral de la comunidad global, por lo que es una participante activa en las comunidades de música y danza de su hogar.